La Música Sinestésica nos llevará a poseer un Arte Culto

No existe una vía que acerque al oyente menos experimentado a un Arte Culto como la Música Sinestésica, que le aclare y ayude a  comprender su tiempo. Lo que éste oyente recibe sobre la Música, toma sus reglas casi en exclusiva de una esfera de consumismo, que es la única en donde los métodos artísticos han llegado a una rigurosa atrofia. Los oyentes creen que están a la última en modernidad musical, sólo por perseguir y comprar en el mercado a un cantante de moda, cuyo objetivo –no lo olvidemos- no es la educación del pueblo, es vender cuanto más mejor.

El conocimiento constituye para la Música Sinestésica, lo mismo que para la persona, esto es,  su evolución y modernidad.

Todavía no hemos entendido convenientemente que, además de la necesidad de hacer oyentes que escuchen y consuman música –y que yo llamaría “capacidad para hacer mercado”-, hay en la Educación Musical y Artística otra necesidad, como es, la “capacidad de mostrar y conocer  tú época”. Esto supone entrar en una intensa y evidente intimidad; en unas particularidades  que llenen tú pensamiento, tú sensibilidad, tú espíritu; en unos hechos que constituyen el ser y núcleo de tu vida personal y que es inaccesible como forma de conocimiento por la simple intuición.

La Música Sinestésica y la apertura a su conocimiento, nos llevará a poseer un Arte Culto apoyado en los fenómenos de nuestro tiempo. Y es que, una repetición de pensamientos, aunque se ofrezcan como novedosos, nos arrastran a una alienación histórica. Debemos pues, prepararnos artísticamente para abarcar el “Universo Cultural del siglo XXI.” Pues sólo se renuevan las mentes, en las cuales y por las cuales se plasma este universo.

                                                                              Roberto Jiménez Silva